CATALUÑA, DONDE LA GASTRONOMÍA ES CULTURA
- XIMENA HIDALGO-AYALA
- hace 23 horas
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Actualizado: hace 3 horas
Una celebración navideña que presentó una selección curada de productos emblemáticos de Cataluña en Nueva York, mostrando la diversidad y excelencia de la cocina catalana, reconocida como Región Mundial de la Gastronomía 2025.
Por Ximena Hidalgo Ayala
Historiadora, fundadora y directora ejecutiva del Comité Internacional Galo Plaza y de su exclusivo network de empresarios y profesionales XHA Club, dedicado a promover la integración a través de historia, educación y cultura.
El 9 de diciembre, en el Midtown Loft Terrace de la Quinta Ave. en Manhattan, se celebró la degustación navideña de gastronomía catalana, Catalan Food Christmas Tasting, organizada por PRODECA (Promotora dels Aliments Catalans) conjuntamente con la Delegación del Gobierno de Cataluña en Estados Unidos y Canadá.
El evento ofreció una inmersión en la esencia culinaria de Cataluña, mostrando cómo la gastronomía se manifiesta como un legado cultural vivo, capaz de conectar tradiciones regionales a nivel global.
Cataluña, Región Mundial de la Gastronomía 2025
La celebración se enmarcó en el reconocimiento otorgado por el International Institute of Gastronomy, Culture, Arts and Tourism (IGCAT), que distinguió a Cataluña como Región Mundial de la Gastronomía 2025. Este título reafirma su posición como territorio de excelencia alimentaria, capaz de integrar la cocina doméstica con la obra de chefs de prestigio global y proyectar un futuro sostenible y saludable vinculado a la cultura mediterránea.
Recorrido Degustativo
El evento se inauguró con un recorrido degustativo de bodegas, donde los asistentes exploraron la diversidad vitivinícola catalana refrendada por Taste the Difference: Quality wines from the heart of Europe, una campaña de la Unión Europea para promover la excelencia de los vinos europeos con denominación de origen protegida (PDO) y con indicación geográfica protegida (PGI).
Los vinos artesanales y orgánicos, -blancos, rosados, tintos y espumosos-, fueron presentados por enólogos como la famosa Cristina Borrul de Celler Piñol, Marcos López de Olé & Obrigado, Andrés Harmsen, entre otros expertos, quienes compartieron las particularidades de cada variedad, sus aromas, colores y procesos de elaboración de los vinos que deleitaron a los asistentes. Cada copa evocaba la riqueza de los viñedos mediterráneos y el perfume de las uvas que les dan origen.
La experiencia se complementó con otros productos emblemáticos catalanes:
Agua Olímpica
Estuvo presente Vichy Catalan, una marca emblemática cuya historia se remonta a 1881, cuando el Dr. Modest Furest Roca demostró científicamente las propiedades mineromedicinales del agua que brota en el manantial de Caldes de Malavella (Girona).
Poco después este médico catalán adquirió el manantial y las tierras circundantes, iniciando un legado que se consolidó en 1890 con el registro oficial de la marca y la inauguración de la primera planta embotelladora. Reconocida por su característico sabor ligeramente salino, Vichy Catalan alcanzó proyección internacional al convertirse en el agua oficial de las Olimpiadas de Barcelona 1992, símbolo de calidad y tradición que aún hoy distingue a la marca dentro y fuera de Cataluña.
El arte del jamón
Cataluña posee una larga tradición en la elaboración de jamón serrano, producido a partir de cerdos blancos y reconocido por su calidad artesanal tanto a nivel nacional como internacional. Este legado gastronómico se distingue por técnicas de curación transmitidas durante generaciones, que consolidan al jamón catalán como un referente dentro de la charcutería española.
Cataluña exhibió su tradición en jamón serrano de la mano de The Hamoneria, marca con más de una década de presencia en Estados Unidos bajo la dirección de Paco Carrasco, quien desde 2012, participa en el mundialmente famoso Summer Fancy Food Show.
Reconocido como maestro cortador, organiza talleres especializados en los que transmite las técnicas del cuchillo y el arte de cortar jamón, elevando esta práctica a una expresión cultural y gastronómica de gran valor.
Un Mundo de Pan
El Catalan Food Christmas Tasting integró el pan como elemento complementario y esencial de toda la experiencia gastronómica. Presente tanto en el taller dictado por la chef Alba, así como en las distintas estaciones, los panes ofrecieron un recorrido por la riqueza de una tradición que combina artesanía, diversidad y cultura.
Más que un acompañamiento, el pan se convirtió en un hilo conductor del evento, cada pieza transmitió la idea de que el pan es, en sí mismo, un arte, una diversidad y un mundo, capaz de dialogar con vinos, embutidos y especialidades de temporada y de reforzar la identidad culinaria de Cataluña en un contexto internacional.
El pan, presente en talleres y estaciones, se convirtió en hilo conductor del evento. Desde variedades tradicionales de masa madre hasta propuestas innovadoras, reflejó la creatividad y diversidad de la panadería catalana, capaz de dialogar con vinos, embutidos y especialidades de temporada.
Los representantes de PRODECA subrayaron que la gastronomía catalana es orgullo cultural y motor de intercambio global. Destacaron su capacidad para mejorar la calidad de vida mediante una alimentación equilibrada y para reunir a las personas en torno a la mesa como símbolo de comunidad y tradición.
Experiencia Interactiva
La chef catalana Alba Sunyer Ollé recordó a los asistentes las raíces históricas de la cocina catalana e hizo referencia al Llibre de Sent Soví, publicado a mediados del siglo XIV, es el primer recetario conocido escrito en catalán y uno de los más antiguos de Europa en lengua vernácula. Con más de un centenar de recetas, refleja las diferentes influencias en la cocina de la Corona de Aragón. Su relevancia histórica radica en que constituye la base de la tradición culinaria catalana y evidencia cómo, en la Edad Media, comenzaba a consolidarse una identidad gastronómica propia.
La chef Sunyer indicó que en Cataluña se continúa cocinando de la misma manera y a continuación invitó a los asistentes a preparar el popular Pa amb Tomàquet, no sin antes aclarar que el tomate, -una fruta originaria de Andinoamérica que llegó a Europa tras los viajes de Colón en el siglo XV-, solo fue consumido en España en el siglo XVIII.
Con estos antecedentes históricos inició instruyendo a los asistentes para que sigan los pasos: cortando el tomate horizontalmente, -que en Estados Unidos puede ser el campari-, utilizar pan con el 128% de agua y untar sobre él primero el tomate, después el aceite de oliva, la sal y luego los toppings, indicó que hay innumerables versiones de este clásico, incluyendo versiones dulces. A continuación presentó la elaboración de Agua de Tomate, ejemplo de cómo la tradición se puede transformar en innovación culinaria, al preguntar a los asistentes, en qué se les ocurre utiliza el agua de tomate.
Broche Final Festivo
Como broche final, se ofreció una muestra navideña de aperitivos, charcutería y dulces tradicionales en una amplia estación, un espacio pensado para celebrar la temporada festiva a través de una variedad de sabores auténticos con diversidad de productos, que incluyó a los turrones.
Cabe mencionar que el famoso turrón originario de la localidad de Agramunt en Lérida, es uno de los dulces más antiguos de España y un emblema de la tradición navideña catalana. Con Indicación Geográfica Protegida, se elabora con almendras o avellanas, miel y obleas, y sus raíces se remontan al siglo XII, consolidándose como símbolo de identidad y excelencia gastronómica de Cataluña.
Este cierre permitió a los asistentes disfrutar de una selección de productos emblemáticos en un ambiente relajado, reafirmando la riqueza y diversidad de la gastronomía catalana en un contexto internacional.
También se sirvieron postres exclusivamente preparados para la ocasión en formato cóctel, delicadamente presentados y servidos al público, aportando un matiz refinado a la degustación. Esta armoniosa combinación de tradición e innovación permitió a los asistentes culminar la jornada con un cierre memorable, reafirmando la diversidad y la riqueza de la gastronomía catalana en un contexto internacional.
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La experiencia vivida en Nueva York fue, más que un evento culinario: constituyó una muestra tangible de cómo Cataluña reconoce su gastronomía no solo como atesorado patrimonio, sino además como puente cultural abierto al mundo como legado universal.
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