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  • Foto del escritorXIMENA HIDALGO-AYALA

POSADAS TIME!


A LA MESA CON XIMENA HIDALGO

Por Ximena Hidalgo-Ayala / historiadora

En México no existe tradición navideña más popular que las Posadas y el Chef Saúl Montiel ha preparado exquisitos bocadillos, para compartirlos en este hermoso festejo familiar, que se celebrará todos los domingos de diciembre previos a Navidad, en el restaurante Cantina Rooftop en Manhattan.

Si bien es una celebración de origen religioso, actualmente es parte de la cultura popular mexicana que promueve la unión entre la familia, los amigos y vecinos, durante la época de gran espiritualidad.

La conquista religiosa de América por parte de la Iglesia Católica, se implantó a través de los siglos mediante varias estrategias y el nacimiento de Jesús, fue uno de los acontecimientos religiosos alrededor del cual se desarrolló una serie de elementos pedagógicas, que para mayor efectividad, se aplicaron visualmente.

La religiosidad en América tiene fuertes raíces históricas, particularmente en México, uno de los territorios con la mayor población indígena conquistada, - con una religiosidad prehispánica propia, fuertemente arraigada-, fue en donde con mayor fortaleza y creatividad se debieron diseñar y aplicar las tradiciones religiosas europeas, para erradicar el “paganismo” de los pueblos conquistados.

Las primeras Posadas se celebraron en el Virreinato de Nueva España, actual México, en diciembre de 1587, bajo la supervisión de fray Diego de Soria. Con el paso de los siglos, se mantiene la tradición que se destaca por ser colorida, alegre y va acompañada de platos típicos propios de la temporada.

ESTRATEGIAS DE ADOCTRINAMIENTO

Como en la mayoría de territorios americanos donde se implantó la doctrina de la Iglesia Romana, los elementos visuales más notables están en Pesebres o Nacimientos, que recrean con imágenes, las escenas del nacimiento del niño Jesús y sus padres, María y José, los pastores, los animales del pesebre, el ángel y la estrella de Belén. En México el nacimiento se coloca alrededor del dieciséis de diciembre, cuando inicia la novena, -ritual de nueve días-, que culmina la noche del veinticuatro, cuando nace el Niño Jesús. En enero se colocan los reyes magos.

En México el adoctrinamiento en la religiosidad europea, cobra una visualización importante, recreada en Posadas y Pastorelas. Estas últimas fueron otro elemento didácticos de la conquista espiritual, que consiste en representaciones teatrales de los pastores de Belén, quienes avisados por un ángel y guiados por una estrella, fueron a visitar al recién nacido. Las Posadas fueron un método de evangelización utilizado por los frailes agustinos, en un convento cerca a la ciudad de México, desde finales del siglo XVI, gracias a una Bula Papal que autorizaba la celebración de las “misas de aguinaldo” durante los nueve días previos al nacimiento de Jesús, coincidiendo con las tradiciones nativas celebradas en la misma temporada, durante el solsticio de invierno, honrando a sus propias divinidades.

LAS POSADAS MEXICANAS

Actualmente los devotos realizan procesiones en las calles, llevando velas y cantando villancicos, de camino a la casa de la familia anfitriona de la posada, en cuya puerta inicia el canto con los versos de José pidiendo albergue. Se recrea la historia bíblica de María y José, buscando hospedaje en un pueblo que no era el suyo, con la joven madre a punto de alumbrar. En la recreación del peregrinaje, se les niegan alojamiento hasta que finalmente encuentran un humilde lugar. La última noche, las familias van a la iglesia, escuchan misa y retornan a sus hogares para compartir una cena especial, en la cual el plato principal es generalmente pavo y varios bocadillos tradicionales como tamales y bebidas como ponche o champurrado. Por tradición al final se realiza una fiesta y se rompe la popular piñata, con sus siete puntas, representando a los pecados capitales.

CANTOS PIDIENDO POSADA

Los cantos de los peregrinos y de los dueños de casa, son la parte central de las Posadas. Los asistentes de la celebración en dos grupos, representan con los versos cantados, la solicitud de alojamiento de José y María en su peregrinar desde Nazaret camino a Belén. El otro grupo responde cantando con versos en los que les niegan albergue, hasta que finalmente les concede posada, se abre las puertas y todos entran para celebrar cantando y con una lectura de la Biblia o una oración para dar paso a la celebración.

José: En el nombre del cielo os pido posada,

pues no puede andar mi esposa amada.

Dueño de Casa: Aquí no es mesón sigan adelante,

yo no puedo abrir, no sea algún tunante.

José: No seas inhumano, tennos caridad,

que el Dios de los cielos te lo premiará.

Dueño de Casa: Ya se pueden ir y no molestar

porque si me enfado los voy a apalear.

José: Venimos rendidos desde Nazaret,

yo soy carpintero de nombre José.

Dueño de Casa: No me importa el nombre, déjenme dormir,

pues ya les digo que no hemos de abrir.

José: Posada te pide, amado casero

por sólo una noche la Reina del Cielo.

Dueño de Casa: Pues si es una Reina quien lo solicita

¿Cómo es que de noche, anda tan solita?

José: Mi esposa es María, es Reina del Cielo,

y madre va a ser del Divino Verbo.

Dueño de Casa: ¿Eres tu José? ¿Tu esposa es María?

Entren, peregrinos, no los conocía.

José: Dios pague señores vuestra caridad,

y que os colme el cielo de felicidad.

Dueño de Casa: Dichosa la casa que abriga este día

a la Virgen Pura la hermosa María.

Todos: Entren santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón,

no de esta pobre morada, sino de mi corazón.

Esta noche es de alegría de gusto y de regocijo,

porque hospedaremos aquí a la Madre de Dios Hijo.

Durante la posada a todos los participantes se les provee de velas, pitos, y la letra con los versos para que participen. Una vez concedida la posada comienza la celebración con el banquete y finaliza con el rompimiento de la piñata que está llena de dulces. Los dulces y la fruta simbolizan la gracia de Dios obtenida al romper con los 7 pecados capitales, la venda en los ojos simboliza la fe, Dios es representado por el palo y las personas alrededor simbolizan a la iglesia que ayuda con sus indicaciones el camino para vencer el pecado.

A todos los niños participantes se les entrega la tradicional colación, que consiste en una funda con golosinas y juguetes.

Conversamos con el Chef Saúl Montiel sobre los bocaditos para el bufete de las Posadas.

¿Qué tenemos para estas Posadas en Cantina Rooftop?

- He preparado algo bien típico callejero mexicano, tamalitos de pollo, tamalitos de puerco, unas morelianas, unas torrejas, también mac and cheese para los niños, -ya que no siempre comen de todo-, unos taquitos dorados con su crema, su lechuga y su salsita, los populares esquites, para beber además del tradicional ponche tenemos una deliciosa horchata, entre otras cosas ricas.

¿Son platillos de alguna región particular de México?

- En Mexico cada quien celebra sus Posadas con lo que tienen, con lo que crecieron, con los que les gusta. Las Posadas del centro de México, comparadas con las del norte, son muy diferentes, pero todas tienen el mismo objetivo, celebrar en familia la preparación para la llegada de Jesús, para la Navidad.

¿Qué son las Morelianas?

- Son una tostada con frijoles negros, toman el nombre de los colores de sus ingredientes, el contraste de los colores de los frijoles negros, con aguacate verde, tomate rojo, con cebolla roja, la crema, la salsa, es decir, que lleva muchos colores y se le nombró Moreliana porque es muy festiva, visualmente muy alegre.

¿Qué me recomienda de este exquisito bufet?

- Todo, pero para empezar de pronto con un tamañito, hemos preparado unos tamales de pollo y de cerdo en hoja de maíz, -en el sur de México se los prepara en hoja de plátano- y no puedes dejar de probar el Ponche, que es la bebida tradicional de las Posadas, que lo he preparado totalmente con frutas muy frescas, guayabas, higos, duraznos, caña, que si quieres se le pone el “piquete”.

Todo está exquisito, además de la gran cordialidad del personal, el profesionalismo del Chef Montiel, quien demuestra el respeto a sus tradiciones, las cuales quiere preservar y transmitir a las nuevas generaciones que ya han nacido fuera de México.

Si no sabe donde pasar el domingo durante el invierno neoyorquino, esta es una excelente opción para compartir, aprender y saborear tradiciones de siglos, en un lugar acogedor, rodeados de un colorido y festivo ambiente, bajo un techo de cristal, mirando caer la nieve sin pasar frío, en el centro de la Capital del Mundo.

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