BLANCA ZHAÑAY: A JEWEL OF RESILIENCE IN NEW YORK’S DIAMOND DISTRICT

XIMENA HIDALGO-AYALA
2 nov
6 Min. de lectura

Actualizado: 13 nov

From the vibrant Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca, in southern Ecuador, to the bustling heart of Manhattan’s Diamond District, Blanca Zhañay has carved out a legacy of entrepreneurial excellence and community empowerment.

Known affectionately as Blanquita by friends and colleagues, Blanca Zhañay is more than a successful jeweler—she is a force of compassion, leadership, and cultural pride. — Known affectionately as *Blanquita* by friends and colleagues, Blanca Zhañay is more than a successful jeweler—she is a force of compassion, leadership, and cultural pride.

Por Ximena Hidalgo Ayala

Historiadora, fundadora y directora ejecutiva del Comité Internacional Galo Plaza y de su exclusivo network de empresarios y profesionales XHA Club, dedicado a promover la integración a través de historia, educación y cultura.

Desde la vibrante Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca, al sur de Ecuador, hasta el bullicioso corazón del Distrito de Diamantes de Manhattan, Blanca Zhañay ha forjado un legado de excelencia empresarial y empoderamiento comunitario.

Construyendo un Negocio en una Industria Dominada por Hombres

Conocida cariñosamente como Blanquita por amigos y colegas, Blanca Zhañay es más que una joyera exitosa: es una fuerza de compasión, liderazgo y orgullo cultural.

El camino de Blanca en el mundo de la joyería comenzó hace más de dos décadas con la fundación de JOYERÍA CASA BLANCA, una boutique especializada en la compra y venta de metales y piedras preciosas. Ubicada en la calle 47 con la Sexta Avenida, su tienda es un testimonio de perseverancia, en una industria tradicionalmente dominada por hombres de origen europeo.

Su éxito no es solo personal, es parte de un legado. Blanca proviene de una orgullosa línea de orfebres y joyeros, artesanos que han trabajado el oro durante generaciones. Esta herencia de maestría y arte se refleja en su meticulosa atención al detalle y profundo respeto por los materiales con los que trabaja.

Ingresar a este círculo cerrado no fue fácil. “Requirió esfuerzo, tenacidad y mucha amabilidad”, comparte Blanca. En un negocio donde la confianza y el honor a menudo pesan más que los contratos formales, ella se ganó su lugar a través del profesionalismo y la integridad. “En más de veinte años, nunca he necesitado firmar un acuerdo. Mi palabra siempre ha sido suficiente.”

Su herencia ecuatoriana también desempeñó un papel importante. La calidad artesanal de la joyería ecuatoriana, -elaborada con precisión y oro de alta pureza-, es muy valorada en Nueva York. La profunda apreciación de Blanca por la artesanía y su habilidad para comunicarse entre culturas, -ha aprendido varios idiomas gracias a su trabajo-, le han permitido prosperar en este competitivo entorno.

Blanquita Zhañay junto a una doble de la famosa artista cubana Celia Cruz, quien en vida arreglaba su joyería en Joyería Casa Blanca.

Building a Business in a Male-Dominated Industry

Blanca’s journey into the jewelry world began over two decades ago, with the founding of JOYERÍA CASA BLANCA, a boutique specializing in the purchase and sale of precious metals and stones. Located on 47th Street and Sixth Avenue, her shop stands as a testament to perseverance in an industry traditionally dominated by men from European backgrounds.

Her success is not just personal—it’s part of a legacy. Blanca comes from a proud lineage of goldsmiths and jewelers, artisans who have worked with gold for generations. This heritage of craftsmanship and artistry is reflected in her meticulous attention to detail and deep respect for the materials she works with.

Breaking into this tight-knit circle wasn’t easy. “It took effort, tenacity, and a lot of kindness”, Blanca shares. In a business where trust and honor often outweigh formal contracts, she earned her place through professionalism and integrity. “In over twenty years, I’ve never needed to sign an agreement. My word has always been enough.”

Her Ecuadorian heritage also played a role. The artisanal quality of Ecuadorian jewelry, crafted with precision and high-grade gold, is highly valued in New York. Blanca’s deep appreciation for craftsmanship and her ability to communicate across cultures—she’s learned several languages through her work—have helped her thrive in this competitive space.

Blanquita Zhañay participando en las actividades en Graie Mansion, residencia del alcalde.

Compretida de por vida con la comunidad

El espíritu emprendedor de Blanca va de la mano con su inquebrantable dedicación al servicio. Su pasión por ayudar a los demás comenzó en la infancia y la acompañó durante la universidad, donde asumió roles de liderazgo y apoyó a sus compañeros. En Nueva York, trabajó en Citibank y Queens College, orientando a inmigrantes en sistemas financieros y solicitudes de ayuda estudiantil. Su labor comunitaria se amplió cuando comenzó a organizar eventos, empezando con un lanzamiento musical que llenó el Crystal Palace en Astoria hasta su máxima capacidad. Más adelante, se convirtió en vicepresidenta de CUNANY (Compañeros Unidos por un Nuevo Amanecer), ofreciendo talleres de empoderamiento laboral y capacitación OSHA a jornaleros en Queens.

A Lifelong Commitment to Community

Blanca’s entrepreneurial spirit is matched by her unwavering dedication to service. Her passion for helping others began in childhood and followed her through university, where she held leadership roles and supported fellow students. In New York, she worked at Citibank and Queens College, guiding immigrants through financial systems and student aid applications. Her community work expanded when she began organizing events, starting with a music launch that filled the Crystal Palace in Astoria to capacity. She later became vice president of CUNANY (Compañeros Unidos por un Nuevo Amanecer), offering labor empowerment workshops and OSHA training to day laborers in Queens.

Blanquita Zhañay representando a su natal Ecuador en el Desfile de la Hispanidad en la Quinta Ave. en Manhattan, donde tiene su empresa desde hace más de veinte años.

El corazón de las celebraciones comunitarias

Blanca es ampliamente reconocida por su incansable apoyo a organizaciones comunitarias y por ser la fuerza impulsora detrás de numerosos eventos culturales y humanitarios. Ya sea coordinando colectas de alimentos, organizando galas o liderando esfuerzos de alcance internacional, ha sido constantemente el alma y el corazón de cada iniciativa en la que participa. Su labor ha impactado comunidades en toda el área triestatal y se ha extendido a países como República Dominicana, Colombia, El Salvador y Ecuador. En cada proyecto, Blanca aporta calidez, carisma y un profundo compromiso con el bienestar de los demás—especialmente mujeres, inmigrantes y grupos vulnerables.

Su integridad y generosidad le han ganado la admiración de personas de muchas nacionalidades, tanto dentro de la industria de la joyería como en las diversas comunidades de Nueva York. Es querida no solo por su talento, sino también por su honestidad, empatía y dedicación inquebrantable hacia los demás.

Más allá de sus logros públicos, Blanca guarda una profunda alegría personal: su único hijo es sacerdote católico. Esta conexión profunda con la fe y el servicio refleja los valores que guían su vida: devoción, humildad y un llamado a elevar a los demás.

Blanquita Zhañay junto a su hijo sacerdote.

The Heart Behind Community Celebrations

Blanca is widely recognized for her tireless support of community organizations and her role as the driving force behind numerous cultural and humanitarian events. Whether coordinating food drives, organizing galas, or leading international outreach efforts, she has consistently been the heart and soul of every initiative she touches. Her work has reached communities across the Tri-State area and extended to countries like the Dominican Republic, Colombia, El Salvador, and Ecuador. In each endeavor, Blanca brings warmth, charisma, and a deep commitment to uplifting others—especially women, immigrants, and vulnerable groups.

Doña Blanca Zhañay siempre respalda y participa en las actividades de las diferentes agrupaciones latinas de Nueva York.

Her integrity and generosity have earned her the admiration of people from many nationalities, both within the jewelry industry and across New York’s diverse communities. She is loved not only for her talent, but for her honesty, empathy, and unwavering dedication to others.

Beyond her public achievements, Blanca holds a deep personal joy: her only child is a Catholic priest. This profound connection to faith and service is a reflection of the values she lives by—devotion, humility, and a calling to uplift others.

Blanquita Zhañay, como testigo durante la entrega de reconocimientos a latinoamericanos de Nueva York en el 2024.

Palabras de Sabiduría

El mensaje de Blanca para los emprendedores en potencia es claro: “Nunca dejes de trabajar en tus ideas y sueños. Escucharás muchos ‘no’, pero la perseverancia es clave. No dejes que la timidez te detenga. El talento merece ser visto.”

Su historia es un brillante ejemplo de cómo la determinación, la bondad y la generosidad pueden transformar no solo una carrera, sino toda una comunidad.

Words of Wisdom

Blanca’s message to aspiring entrepreneurs is clear: “Never stop working on your ideas and dreams. You’ll hear ‘no’ many times, but perseverance is key. Don’t let shyness hold you back. Talent deserves to be seen.”

Her story is a shining example of how grit, grace, and generosity can transform not just a career, but an entire community.

JOYERÍA CASA BLANCA

37 West 47th Street & Fifth Ave. #27

New York, NY 10036

Tel. (917) 647 - 7769

JOYERÍA CASA BLANCA es miembro de XHA CLUB, Network de prestigiosos y renombrados empresarios y profesionales, dedicado a promover el rescate de la presencia latinoamericana en la Historia de Nueva York, trabajo que desde 2006 desarrolla el

Comité Internacional Galo Plaza Inc.,

establecido para mantener el legado del líder internacional nacido en la capital del mundo, en el 5 West de la calle 8 y 5a Ave. de Manhattan, el 17 de febrero de 1906.